Dimonis y foguerons llenan Mallorca
Fuego, pasión, gastronomía y fiestas hasta el amanecer. Mallorca sorprende en enero con dos de sus celebraciones más tradicionales y llamativas: Sant Antoni y Sant Sebastià, las fiestas grandes de invierno de muchos de los pueblos de la isla. En todos ellos hay siempre dos elementos que nunca fallan: los llamados “dimonis” (demonios) y los “foguerons” (hogueras). Un espectáculo lleno de ritmo, luz y misterio en el que participan desde los más pequeños hasta los más mayores de toda la isla.

Los “dimonis” son una figura vinculada desde siempre a las tradiciones de Mallorca. Cuando uno los ve por primera vez imponen y nadie se libra de un buen susto. Atreverse a ver un “correfoc” de dimonis es correr el riesgo de que te acaben persiguiendo por las calles con pinturas negras y fuegos artificiales, siempre, eso sí, con una sonrisa y con el ánimo de que todo el mundo se divierta al máximo.
En Sant Antoni, celebración que tiene su referencia más importante en Sa Pobla y en general en todos los pueblos de la zona norte, es una de las fiestas más apreciadas por todos los mallorquines. En ellas no faltan los dimonis, las hogueras, los pasacalles, los fuegos artificiales, la música y las cenas al aire libre con la tradicional espinagada.

Sant Sebastià se celebra especialmente en Palma, la capital, ya que es el patrón de la ciudad. La gran noche es la del 19 de enero, cuando en todas las plazas se celebran conciertos de música de todos los estilos y los palmesanos salen a compartir una cena con sus vecinos haciendo barbacoas en las calles. Una de las tradiciones más multitudinarias y famosas en toda la isla.
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