Cómo se hace una senalla mallorquina
Las ves cada verano y hasta es posible que tengas unas cuantas. Las senallas mallorquinas han dado la vuelta al mundo como uno de los complementos más chic del verano. Cada año vuelven a salir a la calle, para llevar las cosas de la playa, para ir a la compra o incluso como bolso acompañando un look casual en un evento de día.
Las senallas aportan naturalidad y frescura y algo que no se ve a simple vista: conservan la historia de un arte que todavía siguen practicando muchísimas abuelas en Mallorca. La cestería es un ritual que se pasa de generación y generación y que, aunque por desgracia se ha perdido mucho, sigue estando patente en muchas casas payesas de la isla.
En las zonas comerciales de los pueblos como Inca, Sineu o incluso en pleno centro de Palma puedes encontrar tiendas dedicadas en exclusiva a estos productos elaborados a mano con mimbres y telas artesanas típicas de Mallorca.
En el vídeo que adjuntamos a continuación de Antonietta Paradiso, se pueden ver a unas mujeres que las van tejiendo con esa cadencia casi lírica que nos brindan las abuelas cuando se sientan a la fresca en las calles del pueblo.
Existen muchos modelos de senalla. El tradicional es de asa corta en ambos lados pero las más cómodas para llevar día a día son las de asas largas de piel con cierre de tela mallorquina y cremallera o broches. Si vienes a pasar tus vacaciones este verano a Mallorca, no dudes en comprarte una: será uno de los recuerdos de la isla que más utilizarás. Seguro.
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